La omisión de las manos,
que no supera el 3% de los dibujos, pone de relieve
algún conflicto relacionado con sentimientos de culpa,
vergüenza, o agresión reprimida.
Un modo de omitirlas es dibujarlas metidas en los bolsillos,
que es un rasgo negativo,
relacionado con dificultades para el contacto o la
acción, psicopatía, evasión, pereza y/o
masturbación.
Manos con contornos imprecisos indicarían
falta de confianza en las relaciones sociales.
Manos muy grandes pueden indicar intentar compensar
la debilidad o las dificultades de contacto o
realización, pero también agresividad.
Mano pequeñas reflejan timidez e inadecuación en el
contacto social. Pero también expresan delicadeza,
refinamiento, inteligencia intuitiva e idealismo si el
dibujo de la figura es equilibrado y sin rasgos
negativos.
También muestran agresividad las manos con el puño
cerrado, reprimida si los brazos están pegados al
cuerpo, o activa si están separados. Si la figura con el
puño cerrado mira hacia la izquierda del papel, la
agresión es masoquista, dirigida hacia sí mismo, con
sentido destructivo o de autocensura. Si por el
contrario mira hacia la derecha del papel, la agresión
se dirige hacia los demás.
La mano enguantada, sin diferenciar los dedos, es una
muestra de represión de la agresividad.
La mano abierta, con brazos alejados del cuerpo
significa indefensión o renuncia a la agresión, sobre
todo si la palma aparece de frente.
Manos en la zona de los genitales también se
relaciona con conflictos de índole sexual.
Las manos detrás de la espalda significan actitud
evasiva o incluso ansiedad y culpabilidad relacionado
con algo indeseable o reprobable que han hecho las manos
y que se desea ocultar.
Las manos que aparecen sombreadas también denotan
culpabilidad por agresividad u onanismo.
Las manos con guantes es un indicador de control,
frecuente en adolescentes. En las figuras masculinas
indican represión de deseos sexuales, mientras que en el
dibujo femenino es señal de erotismo.