Hay que proporcionar al niño una hoja
de papel blanco, presentándosela en sentido de la altura
y un lápiz del nº
2 bien afilado pero no demasiado puntiagudo.
Luego se
le dice: "Dibuja un árbol, cualquiera que sea y como te
plazca, pero no un abeto".
Una vez que acabe se le dice que escriba su nombre en
la hoja y que ponga el número 1. Apartar este primer
dibujo de la vista del niño.
Darle otra hoja en blanco y decirle: "Dibuja otro
árbol, cualquiera que sea y como te plazca, pero no un
abeto".
Cuando acabe se le dice que escriba su nombre en la
hoja y que ponga el número 2. Apartar este segundo
dibujo de la vista del niño.
Luego se le da otra hoja en blanco, diciéndole:
"Dibuja un árbol de fantasía, un árbol imaginario, que
no exista en la realidad; dibújalo como te plazca".
Cuando acabe se le dice que escriba su nombre en la
hoja y el número 3. Se vuelve a apartar este
tercer dibujo de la vista del niño.
Finalmente, se le presenta otra hoja en blanco,
mientras se le dice: "Dibuja un árbol, cualquiera que
sea y como te plazca, pero con los ojos cerrados.
Es importante anotar todas las observaciones que se
puedan recoger durante la aplicación, como las actitudes
corporales, movimientos, verbalizaciones, etc. del
sujeto.
En el primer dibujo al tratarse de una tarea
novedosa, se supone que existiría un control más
estricto de los impulsos.
En el segundo dibujo, ese control se relajaría y el
sujeto se expresaría con mayor naturalidad.
En el tercer dibujo se apreciarían las tendencias
insatisfechas y los medios deseados para resolver los
problemas.
El cuarto dibujo, realizado con los ojos cerrados,
expresaría la huella que dejaron los conflictos
importantes vividos en la primera infancia.
El análisis de los dos primeros dibujos indicarían
qué tienen de actual, todavía, esos conflictos,
revelando la huella que han dejado en la problemática
actual del sujeto.
Una vez estudiados todos los trazados de cada uno de
los dibujos, su análisis permitiría agrupar los que se
orientan en el mismo sentido y contraponerlos a los que
contienen una significación psicológica contraria.
Interpretación Psicológica:
En la valoración de Renée Stora, a la hora de
interpretar los trazados hay que tener en cuenta lo
siguiente.
En el primer dibujo al tratarse de una tarea
novedosa, se supone que existiría un control más
estricto de los impulsos.
En el segundo dibujo, ese control se relajaría y el
sujeto se expresaría con mayor naturalidad.
En el tercer dibujo se apreciarían las tendencias
insatisfechas y los medios deseados para resolver los
problemas.
El cuarto dibujo, realizado con los ojos cerrados,
expresaría la huella que dejaron los conflictos
importantes vividos en la primera infancia.
El análisis de los dos primeros dibujos indicarían
qué tienen de actual, todavía, esos conflictos,
revelando la huella que han dejado en la problemática
actual del sujeto.
Una vez estudiados todos los trazados de cada uno de
los dibujos, su análisis permitiría agrupar los que se
orientan en el mismo sentido y contraponerlos a los que
contienen una significación psicológica contraria.
Los trazados ("se entiende por trazado una forma
entera o una forma particular aislable del conjunto, o
un conjunto típico fácilmente identificable y
diferenciado dentro del dibujo del que forma parte") se
pueden agrupar en estos quince géneros:
-
Libertad por lo referente a la indicación dada
- Suelos
- Raíces
- Simetría
-
Cruzamientos
-
Posición en la hoja
-
Forma del follaje
-
Ennegrecimientos
-
Tronco
-
Altura total del árbol
-
Altura del follaje
-
Ancho del follaje
-
Desbordes
-
Trazos dominantes
-
Trazados diversos
Bibliografía: Renée Stora: "El Test
del Árbol". Editorial Paidós
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