Lo primero a
valorar a la hora de interpretar el Test del Árbol es la
impresión general que produce el árbol en su conjunto.
El árbol dibujado puede ser:
Claro
Transparente
Lúcido
Alegre
Preciso
Armonioso
Tranquilo
Estático
Ordenado
Suave
Mullido
Cálido
Sensual
Ligero
Elástico
Flotante
Fino
Delicado
Tierno
Borroso
Abúlico
Poco calro
Confuso
Caótico
Sucio
Pantanoso
Inarmónico
Intranquilo
Dinámico
Desordenado
Duro
Pedante
Vidrioso
Frío
Sobrio
Parsimonioso
Simple
Magro
Pobre
Mórbido
Pesado
Vivaz
Animado
Alado
Enfático
Salvaje
Irrefrenado
Endeble
Flojo
Cansado
Fuerte
Coloreado
Recto
Pujante
Grosero
Seco
Complicado
Rico
Lleno
Expresivo
Tosco
Falto de vida
Monótono
Aburrido
Vacío
Inexpresivo
Muerto
Pálido
Incoloro
Tullido
Concentrado
Suelto
Distraído
Lábil
Estable
Rígido
Firme
Suntuoso
Exuberante
Exagerado
Engreído
Opresor
Peculiar
Excéntrico
Extraño
De tipo escolar
Amanerado
Estilizado
Afectado
Bibliografía: Karl
Koch: "El Test
del Árbol". Editorial Kapelusz